lunes, 13 de septiembre de 2010

No sé si tengo razón, y es que lo he visto tantas veces que no sé la solución.


Nada de lástima.
Nada de escusas.
Nada de machacar.
Nada de ponerse de rodillas.











Quítate la máscara que llevas, muestra tu rostro, por horroroso que seas,
luce como viniste al mundo, luce como abriste los ojos,
luce tu ser, luce tu sonrisa, luce el sentimiento
que tienes recomido dentro de ti.

Antes de hablar, búscate, encuéntrate, y ya entonces,
vienes y me razonas, no dejes los impulsos a un lado,
para cuando digas bú, puedas decir bá,
y nuevamente bú.

Hay un truco, y es que a esos no los pensamos mirar,
los que saben donde marcan huellas,
los que saben donde está su territorio.





No te fíes nunca, ni de ellos ni de ellas.

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