lunes, 23 de junio de 2014

Y ahora que soy medio dos, y el antidoto es peor

Que mi adicción a tí.


Responde, explica, concreta, y razona donde quedaron esos vuelcos, los pequeños detalles que nos llenaban, los mismos que hoy día repugno sobre otra gente, en una pequeña línea de engaño, tu mi sangre y pálpito, pero a veces nos olvidamos de pensar en nuestra propia respiración, y dejamos caer en un pequeño ahogo universal, pero volver a respirar con un profundo espasmo, y echando la culpa al otro, sobre no estar atento de uno, sobre no estar encima, de no contemplarlo, y es que la culpa es de ambos, tú por no contemplarme, y yo por intentar evadirme y saber que vendrás a buscarme, pero te diré que no, no me convences. Ya puedes preguntar, pero preguntar por ahí, yo me evaporaré.





Un día me iré, me iré de verdad, no sé si me ves del todo capaz, yo sé que no, pero es bueno saber de que me estás hablando, y que sabes donde buscarme, porque ese lugar, bueno... aquel lugar, era donde mi mente se reflejaba y corría, nunca andaba, paz y tranquilidad, solo si sabes escuchar, sabrás su ubicación, pero de mientras... quedarás absorbido por una pantalla, hablando por una pantalla y no utilizar el método tradicional, el que verdaderamente cura.



Quizás en otra vida fueran un mismo ser.