domingo, 29 de noviembre de 2009

Por eso te seguía esperando con mil lagrimas recorriendo ese dulce rostro

Y que ese cariño y amor no lo he vuelto a sentir nunca más, él era el único que sabía lo mucho que me encantaba esas cosas, sé que son cursis y repipis...
Pero tras ese ramo perfecto de margaritas blancas como la nieve,
tan radiante como su sonrisa de blanco perfecto,
me emocionó...sin saber que hacer le abracé tan fuerte que noté el latido de su corazón,
fuerte y protector de cualquier cosa entre nosotros.

Tras esos cuatro años de recuerdos, ahora sufro lo que tuve que haber
sufrido hace mucho, no era capaz de verlo de aquella manera.


La felicidades es pasajera, no se deja ser atrapada,
necesito un par de vacaciones hacia tu mente.








L.